martes, 16 de diciembre de 2008

VIRTUD DEL KARATE

Jullis Mata tenía problemas de conducta con su sobrino Octavio Martínez, de 12 años, que llegó a vivir con ella luego del fallecimiento de su madre.

El niño era blanco de compañeros que lo molestaban y lo retaban a pelear; él se llenaba de tensión y respondía verbalmente a las provocaciones, afirmó Mata.

Fue entonces cuando Mata decidió encausar esa tensión hacia una actividad física que lo ayudara a relajarlo. Después de dos meses en una clase de artes marciales, el estudiante de séptimo grado ha superado las actitudes negativas.

"Sus calificaciones han mejorado. Antes tenia B's y ahora son casi puras A's", dijo Mata. "(El karate) le ha ayudado a controlar sus impulsos. Antes cualquier cosita lo hacía que reaccionara. Estaba a la defensiva... Ahora él cambió su actitud. Ya no toma (las provocaciones) a lo personal, ni usa lo que ha aprendido para desquitarse".

Octavio es uno de 22 alumnos de la academia Shoku-Kai International Karate de Oak Cliff, y uno de más de 21 millones de personas en Estados Unidos que alguna vez han participado en clases de artes marciales. Según George Anderson, ex presidente de la Federación Americana de Karate y miembro del Comité Olímpico de Estados Unidos, las artes marciales podrían ser el segundo deporte más practicado entre los jóvenes actualmente y el vehículo ideal para que aprendan disciplina.

"Yo viajo por todo Estados Unidos y Europa, y en popularidad sólo esta atrás del soccer", dice Anderson, de 77 años, y practicante del karate desde 1950. Agregó que los niños desarrollan seguridad, caracter, determinación y disciplina a través de las artes marciales. Estos son cambios que ellos usualmente no notan de inmediato, pero que los padres fácilmente ven.

Miguel López, electricista de profesión y maestro de karate por las noches, coincidió en que las artes marciales son una opción para ayudar a los padres a encausar la energía de sus niños y para que estos aprendan disciplina y otros valores.

"Yo empecé hace 30 años a practicar karate y me incliné en un principio por el ámbito deportivo, pero al paso del tiempo fui dándome cuenta que el karate me enseñaba a ser diferente... Me enseñó el respeto, la humildad y la disciplina", dijo López, originario de Coatzacoalcos, Veracruz.

López es cinta negra (segundo dan) y ganador de una medalla de oro en el Campeonato Nacional de Karate, en la categoría para mayores de 45 años, realizado en julio en Houston.

Se ha fijado la meta de ayudar a los niños a alejarse de actividades nocivas por medio de esta disciplina.

"Siempre he considerado que el karate es un estilo de vida diferente y desgraciadamente hoy en día he visto con tristeza que las cosas están cambiando en la mentalidad de los niños. A través del karate tratamos de guiarlos por el buen camino", afirmó. "Mucha gente tiene la idea errónea de que el karate es sólo golpes y patadas, por eso le hacemos ver al alumno que el karate es un estilo de vida diferente... lo hace ser humilde y una persona con humildad es una persona que razona y entiende mejor las cosas".

Ignacio Taboada ha notado un cambio físico y de actitud en sus hijos, Bryan de 10 años y Jesús de 13, desde que empezaron a estudiar karate hace seis meses. Por eso se turna con su esposa para atender su puesto de elotes y nachos en el Bazar Harry Hines y así uno de ellos los lleva a las clases.

"Tenemos que hacer un esfuerzo para que no piensen cosas negativas y sí en cosas positivas. Antes se peleaban entre ellos y ahora ya no, y yo creo que tiene mucho que ver con la disciplina que aprenden aquí", dijo Taboada.

Las niñas también son bienvenidas en las artes marciales.

Francisca Villalobos lleva a su hija Adela de 4 años, y a su hijo Jason de 7, a clases de karate.

"Aunque está chiquita, ya está más despierta y le gusta venir. Me dice "mami, ahora karate", y la traigo los tres días. Es un sacrifico traerlos porque requiere de tiempo, pero les va a servir", dijo Villalobos.

Glen Escobedo dijo que su hijo Glen, de 5 años, ya empezaba a mostrarse hiperactivo, por lo que decidió inscribirlo en clases de artes marciales.

"Me dijo una sicóloga que lo tenía que cansar y el pediatra me dijo que estaba pasadito de peso y ya tiene tres meses aquí y bajó de peso y subió (su desempeño) en la escuela", dijo orgulloso el padre del niño, quien quiere ser policía cuando crezca.

Las clases de artes marciales pueden costar menos de 100 dólares al mes, más el costo de la inscripción inicial y el costo del uniforme.

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